La libertad funciona

Nuestro objetivo principal es que los niños y las niñas sean felices y que se desarrollen como personas, individuos sanos, capaces de contactar con sus deseos, necesidades, ilusiones... propios y de las demás personas.

Así se creó un espacio educativo diferente, “un espacio de l@s niñ@s y adolescentes y para l@s niñ@s y adolescentes”. Así nació Donyets, que cuenta en la actualidad con personas entre tres y dieciséis años. 

Creemos y verificamos que “La Libertad funciona”, afirmación que realizaba Neill hace más de ochenta años a través de su experiencia en Summerhill. Las criaturas saben qué quieren, están más cercanas que nosotras de sus necesidades, lloran desde que nacen cuando tienen hambre, necesidad o dolor sin que nadie les enseñe, alzan la mirada buscando el contacto, aprenden a hablar, caminar... de la misma manera que el mono aprende a trepar o el pájaro a volar. 

La criatura, si se le permite se AUTORREGULA (concepto que introdujo Wilhelm Reich y que consideramos primordial). Si ese proceso no es interferido, si se respeta realmente su ritmo, se mantendrá en contacto con sus necesidades y podrá satisfacerlas sintiéndose feliz y desarrollando más flexibilidad y espíritu crítico. Por el contrario, la imposición, la limitación de sus deseos, de su capacidad de autorregularse (decirle cómo y cuándo debe comer, leer, escribir, mear...) le aleja cada vez más de sus propias sensaciones y emociones y va creando individuos adaptativos, dóciles y domesticados.

En nuestro espacio educativo, se establece una “relación viva”, en donde cada niño/niña/adolescente puede jugar, leer, asistir a un taller o no hacerlo... comer, construir, hacer cuentas o bailar, según su deseo y motivación del momento. 

No se trata de “imponer”: “ahora toca leer, y luego resolveremos un problema…” ni menos de “acaramelizar” - cosa muy de moda en nuestras escuelas-: “No os gustaría? Puede ser muy divertido...”  no, aquí son protagonistas reales, que plantean, sugieren, y se crea una relación de intercambio en el día a día.

Lo importante es sentirse feliz, en contacto, y para ello se priman las vivencias afectivas y emocionales por encima de cualquier otra consideración de índole academicista, curricular, de objetivos o programaciones, lo que no quita que estén presentes, pero de otras formas. La atención está, sobre la globalidad del individuo, no si sabe más o menos, si hace cuatro o cinco fichas o si estudia a Platón o Aristóteles (que también)... El cómo se sienten, que sepan defender su espacio, expresarse, llorar, enfadarse, relacionarse con otras personas.

“Cuando las necesidades emocionales están cubiertas, lo demás viene solo”- decía Winnicott- y cada niña/niño/adolescente feliz siente deseos de explorar, conocer, aprender, saber… creando un currículo inacabable.

Partimos así de un aprendizaje-crecimiento- desde el interior de la persona, desde sus verdaderos deseos y sobre todo necesidades. Aquel aprendizaje que parte de mi interés, de mi necesidad, y que puedo experimentar con materiales, vivencias, etc permanece en mí. El otro aprendizaje, el impositivo desde el exterior, se olvida.

En este marco, se crea pues una relación en la que todas las personas aprendemos de todas, no se trata de una persona educadora que lo sabe todo y transmite a su alumnado el saber... aquí el aprendizaje es de tú a tú y tanto aprendemos las personas adultas de las criaturas como viceversa. Es un intercambio de experiencias, sensaciones, elementos, que nos hacen crecer juntos, juntas en el día a día y donde entramos niños y niñas, equipo educativo y familias.

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Cada profesor o profesora mantiene una relación de tú a tú con cada alumno o alumna. Su función es observa, escuchar, dar cuando siente que debe hacerlo y retirarse cuando es necesario y sobre todo “contactar”, empatizar con el grupo y con cada persona creándose una relación horizontal y lo que Neill denominó “AUTORIDAD NATURAL” donde no hay imposición adulta, no se obliga, donde se comparte pareceres, se habla, se discute.

Queda claro, que está Autoridad Natural no está exenta de límites, esos límites que son estructurantes para las personas. Entendiendo como limites tanto los peligros reales, como los límites entre personas que convivimos en sociedad- no confundir tiranía con libertad-, aquello que me molesta de ti o del otro individuo... Y diferenciando, tal como los hemos definido, los Límites Expansivos (que me permiten mirar y crecer) de los Límites Constrictivos (que me producen miedo y contracción).

Estás, son algunas pinceladas de un modo de relación educativa diferente. No creemos estar haciendo nada nuevo, nos suenan estos conceptos, muchísimas teorías y pedagogías los respaldan, muchas experiencias han salido a la luz y han muerto, otras perduran...Desde nuestra visión, lo importante es ver que lo estamos plasmando, haciendo realidad, y que podemos verificar día a día, en todos estos años de experiencia, que de verdad vale la pena el camino de la lucha por la libertad del individuo. Es desde la base donde se van poniendo los pilares para el cambio social y personal, sigamos caminando...

¿Quieres saber más de Donyets?

Puedes comprar el libro Crecer libres, Vivir felices, coordinado por Imma Serrano, con textos de algunas de las personas que hay pasado por el espacio a lo largo de estos 30 años, que han crecido allí, de muchas maneras. Vivencias en primera persona, experiencias dentro y fuera, una vez salieron a la “educación convencional”.

En este enlace puedes comprar el libro.

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